El otro día hablaba en Twitter con Ricardo Antón, animalista bilbaíno, educador canino y autor del altamente recomendable blog Educando a mi perro sobre la ansiedad por separación. En sus diferentes grados y manifestaciones, es una causa de muchos abandonos. Y no se dice con frecuencia, pero es cierto que los perros adoptados tras haberlo pasado mal, tras haber sufrido abandono y malos tratos, tienen más posibilidades de tenerla.
No soy amiga de esconder la realidad, sino de poner soluciones.
No obstante, cualquier perro puede tenerla o desarrollarla. Mudanzas, vejez, problemas de salud… pueden desembocar en este problema.
Cualquier propietario de un perro, cualquier persona interesada en tener un perro debería saber lo que es, cómo ponerle freno desde el primer día y entender los mecanismos que lo provocan.
Y saber que se puede solucionar, pero es necesaria mucha constancia y mucha paciencia.
No es la primera vez que trato este tema en este blog, que ya tiene una década, pero hoy lo recojo de nuevo con las recomendaciones de Ricardo:
Pautas para el tratamiento de la ansiedad por separación
La ansiedad por separación es uno de los problemas más comunes que presentan nuestros perros hoy en día y viene motivada por el aumento del número de perros que conviven en nuestras casas y su gran dependencia de nosotros.Los perros que muestran ansiedad por separación normalmente acompañan a su dueño a todas partes, han tenido compañía humana continua, pueden haber sido abandonados, se refugian en el regazo del dueño frecuentemente, se excitan cuando se prepara para salir y exageran sus saludos al volver a casa; en definitiva, suelen ser perros muy dependientes.
En este artículo quiero dar unas pautas para corregir este problema tan común.PAUTAS DE TRATAMIENTOAntes de irnos:
- No despedirnos del perro, ya que generamos una expectativa de relación que frustramos bruscamente al marchar.
- Ignorar al perro un rato antes de irnos (10 o 15 minutos).
- Poner juguetes interactivos en los lugares donde suele realizar las malas conductas.
- Agotar al perro antes de realizar salidas largas.
- Ponerle la comida al irnos, de esta forma y después de haber hecho ejercicio su cerebro se pondrá en “formato” descanso.
Cuando volvemos:
- No hacer caso a sus saludos hasta que se tranquilice.
- Retirar los juguetes interactivos.
En casa:
- Simular salidas preparándonos como si nos fuéramos (abrigo, llaves…).
- Alargar las expectativas de vuelta hasta hacerlas languidecer. Para ello podemos realizar un programa de ausencias preparadas con tiempos progresivamente más largos: lo que tardemos en ir al ascensor y volver, en ir al portal y volver…
- No dejar que nos siga a todas partes.
- Enseñar al perro a permanecer quieto tumbado hasta que se relaje y mantenerle así frecuentemente.
- No premiar con cariño, juego o comida actitudes dependientes como apoyarse en nuestro regazo.
- En casos extremos podemos enseñarle a estar en una jaula o transportín y que vea ésta como un lugar seguro y tranquilo donde permanecer.
- En general, buscar que el perro vea en la casa un elemento de seguridad, no sólo en nosotros.
Si tienes un perro con ansiedad por separación pon en práctica estas pautas para tratar el problema, y recuerda que sólo con trabajo y paciencia se consiguen resultados.
Los perros que acompañan el texto están en adopción en SOS Bilbao.