Tengo la teoría, tal vez equivocada aunque no lo creo, de que en nuestra sociedad tendemos cada vez más a preocuparnos en demasía por lo superficial. Gastamos dinerales en mejorar nuestro aspecto, también de distinguirnos del resto, de todas las formas posibles: gimnasios, cirugías, ropa, complementos, perfumes…
Es algo que me preocupa en muchos sentidos, pero en lo que atañe a este blog me preocupa especialmente porque estoy percibiendo un incremento del uso de los animales como complementos de moda. Tienen que encajar estéticamente en la visión que tenemos de nosotros mismos o que queremos proyectar en los demás. Incluso en aquellos que añaden a un animal a la familia en conciencia, que adoptan en lugar de comprar, hay cierta tendencia a primar la estética por encima del carácter.
No por nada en protectoras saben que los perros negros, atigrados, de tamaño mediano o grande, ‘feúchos’… Lo tienen mucho más difícil para encontrar un hogar.
Suelo decir cuando me preguntan en persona y también desde este blog, que cuando se va a adoptar a un animal lo primero que hay que explicar es nuestro estilo de vida, el carácter de perro que queremos, si haremos mucho o poco ejercicio con él… El animal más bonito nos parecerá horroroso si no encaja con nosotros y el más feíto será adorable a nuestros ojos si le damos la oportunidad de demostrarnos sus virtudes. Pero muchos siguen pensando en tamaños tipos de pelo y colores.
Pero no es lo importante. Y si estamos sumando un animal a la familia acompañados de niños, pensad en el ejemplo que les estamos dando.
Yo encuentro a Yuca preciosa.
No recuerdo si Yuca va a cumplir 4 o 5 años, pero sé que se la trajeron de Teruel cuando era un cachorro (su dueño era un pastor y tampoco se preocupaba demasiado por los perros). La trajeron junto a su hermano que, afortunadamente, fue adoptado en Alemania hace ya mucho. Pero ella no ha tenido la misma suerte. La verdad es que nunca la han querido porque dicen que es nerviosa y no para quieta. Por eso siempre está encerrada en la jaula. Es una perra activa, eso es verdad, pero muy inteligente y buena: jamás la he visto gruñir ni tener un mal gesto con otros perros o con personas (ni con niños pequeños).
Hace unos meses le cortamos el pelo y me la traje al piso para enseñarle “buenos modales” y ver cómo se comportaba en una casa. Todo fue muy bien: la enseñé a andar con correa y a hacer pipí fuera. Y en el piso era bastante tranquila; nada que ver con lo que me decían de ella (como la tienen encerrada siempre es normal que al soltarla no pare quieta).
Se entregaría vacunada y con chip, también con compromiso de esterilización. Es de tamaño mediano, unos quince kilos. Su adopción la gestiona Belén, colaboradora de Adoptamics.
Contacto: 722 38 0454 belen_marmota@hotmail.es