Mi perra, mi abuelita peluda, se llama Troya. Y Troya se llama también la perrita que hoy os traigo. A mi Troya la llamaron Raspa en la protectora cuando la encontraron, así de flaquita estaba. La Troya que busca familia también ha aparecido en los huesos.
¿Me ayudáis a difundir su caso? A ver si logramos que la segunda Troya acabe como la primera.
Troya vagabundeaba sin rumbo por un barrio de nuestra localidad, con aspecto débil y buscando caricias en cualquier rincón.
Un chico con más de una experiencia en estos casos, decidió recogerla y ofrecer su hogar mientras se le busca una familia definitiva. No pudo soportar ver el estado de Troya (como podéis ver en las fotos, solo se le marcan huesos), sumado a las bajas temperaturas que tenemos, y decidió ayudar a esta hermosura.
En los días siguientes a su recogida, Troya se mostró muy alegre y contenta y aunque lo que más hacía era comer y dormir, también dedicó algunos momentos a tomar el sol y mordisquear algún juguete.
Contacto: adopciones@ddevida.org o 647 632 528 (de lunes a viernes de 18 a 21 h).