La leishmaniosis es la principal enfermedad que afecta a los perros en la región mediterránea, que se va extendiendo lentamente hacia el norte de Europa transmitida por la picadura de los mosquitos. Una enfermedad con la que convivió mi perra Troya desde que la adopté hasta que murió con diecinueve años y que no debería darnos miedo a la hora de adoptar ni invitarnos a deshacernos o sacrificar a nuestro perro, si resulta que la contrae.
El doctor Xavier Roura, especialista en leishmania del Servicio de Medicina Interna del Hospital Clínic Veterinari de la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB), ha tenido la amabilidad de prestarse a responder a mis preguntas para que todos podamos entender mejor a la leishmaniosis y cómo ponerle freno.
¿Hay perros más susceptibles de contraer leishmaniosis que otros?
Que un perro enferme o no de leishmaniosis depende de diferentes factores. Evidentemente el primero es que se debe infectar con la leishmania, y las posibilidades de que eso ocurra dependerán de en que zona habite normalmente, o de donde haya viajado, o de si utiliza productos repelentes del flebotomo (insecto transmisor de la leishmania), o del tiempo que pase en el exterior, entre muchos otros. A partir de aquí algunos perros infectados pueden acabar desarrollando la enfermedad (leishmaniosis), y las posibilidades de que esto ocurra dependerá también de diversos factores, aunque el más importante es si la respuesta inmunitaria de cada perro frente a las leishmanias es eficiente en eliminarlas o si no, en mantenerlas controladas o acantonadas y así no desarrollar la enfermedad. Debido a todo esto muchos perros pueden ser más susceptibles en contraer la leishmaniosis y, cuando hablamos de respuesta inmunitaria, parece que es la genética uno de los factores que influye más en que tipo de respuesta inmunitaria desarrolla el perro en contacto con el parásito Leishmania, por eso algunas razas parecen tener diferentes respuestas inmunitarias, y alguna de ellas parecen más susceptibles, como por ejemplo la raza boxer.
Imagine, acaban de diagnosticar una leishmaniosis a mi perro: ¿qué debo esperar?
Eso depende de si a tu perro le han diagnosticado que está infectado con la leishmania o que está enfermo de leishmaniosis. Si es la primera situación, tu perro está infectado, lo que ocurrirá es que habrá que hacer los controles clínicos y analíticos de tu mascota por parte de tu veterinario más frecuentemente, para así detectar si en algún momento enferma y por tanto, es necesario utilizar tratamiento. No sabemos si esto ocurrirá o no, o si ocurre, si será en pocos meses o en años. Por tanto, mientras se van realizando estos controles con tu veterinario, habrá que mantener o iniciar la prevención de la picadura del flebotomo para evitar dentro de lo posible la infección de otros perros, gatos y humanos. Además, podrás discutir con tu veterinario las opciones que podrían ser interesantes para reforzar o mantener la respuesta inmunitaria eficaz de la que hemos hablado anteriormente.
Si es la segunda situación, tu perro está enfermo, lo que ocurrirá es que habrá que iniciar el tratamiento frente a la leishmaniosis que te recomiende tu veterinario para intentar que tu perro vuelva a la casilla inicial: ¡que esté curado clínicamente! Por tanto, que le desaparezcan los signos clínicos o las alteraciones de la analítica secundarias a la leishmaniosis, aunque a día de hoy, se piensa que tu perro se mantendrá infectado para siempre. Es importante entender que en la mayoría de perros el tratamiento de la leishmaniosis no es para toda la vida. Por eso, una vez esté ya en tratamiento, también se podrán seguir las recomendaciones de tu veterinario sobre controles y prevención a realizar, expuestas en la primera situación.
¿La leishmaniosis es un impedimento para ese perro en algún caso? ¿Va a reducir su esperanza de vida?
Será un impedimento o reducirá la esperanza de vida según la respuesta clínica de tu perro después del tratamiento de la leishmaniosis. Los controles clínicos que hará tu veterinario le permitirán decidir en cual de estos grupos está situado tu perro después del tratamiento:
a) curado clínicamente y se podrá suspender el tratamiento.
b) curado clínicamente pero necesita mantener tratamiento para no volver a recaer de la enfermedad.
c) mejora clínica evidente pero recae de la leishmaniosis cada cierto tiempo incluso con el tratamiento.
d) no hay cura clínica o la mejoría es leve a pesar del tratamiento contra la leishmaniosis.
Estar dentro de uno de los dos primeros grupos es lo más frecuente y en general no limitarán la esperanza de vida ni serán un impedimento grave para tu perro. Si está dentro de uno de los dos últimos grupos si que limitarán su esperanza y calidad de vida.
¿Cómo es el tratamiento más habitual? ¿Qué efectos secundarios tiene?
El tratamiento de la leishmaniosis canina más recomendado es la combinación de dos tipos de fármacos. Por un lado un fármaco que destruya las leishmanias, como el antimoniato de meglumina o la miltefosina, generalmente durante un mes, y por otro un fármaco que evite la reproducción de las leishmanias, como el alopurinol, durante un tiempo variable, de 6 meses a varios años. Usados correctamente los dos primeros no tienen efectos secundarios graves o que no se solucionen c con su suspensión temporal o el uso de corticoesteroides a dosis antiinflamatoria, en cambio el uso prolongado de alopurinol puede dar problemas importantes urinarios o renales en algunos perros. Debido a esto son muy importantes los controles clínicos y analíticos que te recomendará tu veterinario una vez empezado el tratamiento de la leishmaniosis.
Algunas veces son necesarios otros tratamientos farmacológicos o dietéticos para solucionar o mejorar diversas alteraciones clínicas secundarias a la leishmaniosis.
Además del tratamiento farmacológico ¿hay algún otro consejo a tener en cuenta, tal vez relativo a su alimentación o convivencia con otros perros?
Además del tratamiento propio de la leishmaniosis, comentado en la pregunta anterior, algunas veces son necesarios otros tratamientos farmacológicos o dietéticos para solucionar o mejorar diversas alteraciones clínicas secundarias a la leishmaniosis. Por tanto hay que mantener una dieta equilibrada y adecuada para tu perro, y seguir las recomendaciones que te proponga tu veterinario en función de la evolución clínica de tu perro. El hecho de que tu perro esté en tratamiento de la leishmaniosis no influye en su convivencia con otros perros o humanos. Sin embargo si que hay que tener en cuenta que hay que usar productos efectivos frente al flebotomo (insecto vector de la leishmaniosis) tanto en el perro enfermo como en todos los otros perros que convivan con él.
¿Por qué su desarrollo y manifestación difieren a veces tanto entre unos perros y otros?
Esto es debido a que hay múltiples factores, descritos en una de la preguntas precedentes, que determinarán en cada perro si primero se infecta con leishmanias y después si esa infección evoluciona hacia e desarrollo de la enfermedad (leishmaniosis). Además todos estos factores también serán importantes para determinar qué manifestaciones clínicas (problemas dermatológicos, renales, oculares, etc.) presentará cada perro, y cuál será la respuesta de estos problemas al tratamiento de la leishmaniosis en cada perro. Por eso son tan importantes los controles clínicos y analíticos que realizará tu veterinario durante la vida del perro y sobretodo, si es necesario iniciar el tratamiento de la leishmaniosis.
¿Qué recomendaría tener presente para prevenir, para que no contraiga la leishmaniosis o para detectarla a tiempo?
Recomendaría una charla tranquila con tu veterinario para valorar las mejores opciones de prevención de la leishmaniosis, así como de qué controles clínicos y pruebas diagnósticas también serían necesarios para la detección precoz tanto de la infección como del desarrollo de la enfermedad. Estas opciones serán diferentes según la zona donde viva o las zonas que haya o deba visitar en un futuro. En general la recomendación principal para la prevención de la leishmaniosis es el uso de insecticidas (piretroides) tópicos que reduzcan o eviten el contacto entre el flebotomo (insecto transmisor de la Leishmania) y el perro. Además, también con el fin de realizar una detección precoz, se recomienda hacer al menos un control veterinario anual a los perros que viven, han vivido o pernoctado en áreas donde la leishmaniosis es frecuente (áreas endémicas).
Desde hace unos años existe la opción de vacunar frente a la leishmaniosis: ¿en qué circunstancias recomienda su vacunación?
La vacunación frente a la leishmaniosis es una opción para intentar prevenir el desarrollo de la enfermedad, es decir que el perro presente signos clínicos de leishmaniosis. Por tanto, igual que con otros fármacos como la domperidona o nutracéuticos como los nucleótidos, con la vacunación se busca mantener o reforzar la respuesta inmunitaria eficaz del perro para que no enferme de leishmaniosis. Esto quiere decir, que esta prevención con la vacunación es una ayuda adicional, pero no substituye, la prevención de la infección con las leishmanias evitando o reduciendo el contacto entre el perro y el flebotomo (insecto transmisor de la leishmania) mediante el uso de los piretroides (insecticidas) en forma de collar o de pipetas. Por tanto, es recomendable discutir con tu veterinario qué opciones para la prevención de la leishmaniosis son las más interesantes para tu perro y decidir si la vacunación es una de ellas.
Es recomendable discutir con tu veterinario qué opciones para la prevención de la leishmaniosis son las más interesantes para tu perro y decidir si la vacunación es una de ellas.
El tratamiento, pronóstico y prevención de esta enfermedad han cambiado mucho en no tantos años. ¿Qué diría que ha avanzado más?
Yo diría que han avanzado positivamente los tres. El tratamiento porque aunque no hay nuevas moléculas interesantes para el tratamiento de la leishmaniosis en perros, sí que conocemos mucho mejor su eficacia y además ha despertado mucho interés la buenas expectativas de la inmunoterapia, es decir, del tratamiento de la leishmaniosis mejorando la respuesta inmunitaria del perro. El pronóstico porque conocemos mejor la leishmaniosis canina y sabemos que la mayoría de perros responde muy bien al tratamiento y se llegan a curar clínicamente, con lo que frecuentemente ya no es necesario el tratamiento de por vida. Y finalmente la prevención, porque ahora entendemos cuales son los objetivos de cada uno de los tipos de prevención y por tanto el veterinario puede buscar la mejor combinación para cada perro.
¿Esos avances se han traducido en que haya menos casos o no hay una relación equivalente?
Desafortunadamente todos estos avances no tienen porque conducir a una reducción del número de perros con leishmaniosis ya que hay muchos otros factores que no podemos controlar y que son más importantes, como el cambio climático, los desplazamientos de los perros con lo propietarios o debido a las adopciones, y los cambios urbanísticos. Pero a pesar de todo esto, todos estos avances ayudarán a los veterinarios a poder afrontar el reto de la leishmaniosis canina de una forma mucho más efectiva.
Gitana es una bully apta con gatos, “una perra súper tranquila, amorosa con todo el mundo, que convive con todo tipo de perros e ideal para un piso”.
Tiene leishmania, pero ya está tratada y en perfecto estado. Dispuesta a encontrar una buena familia. Tiene cuatro años.
Los interesados pueden mandar un WhatsApp al teléfono 618795005. Se hará seguimiento.