Esta pequeñaja se llama Tati. La abandonaron dentro de una caja en la puerta de un bar, en Murcia, y tuvo la suerte de que la hermana del dueño era una animalista que no podía dejarla a su suerte. Ahora la tiene acogida pero necesita para ella una buena familia.
Tiene unos tres meses y apenas pesa tres kilos, de adulta podría pesar unos siete u ocho. Es decir, que será de tamaño pequeño, aunque con patitas largas y finas. Es muy cariñosa y algo tímida al principio.
Aunque está en Murcia, estaría dispuesta a viajar a otras provincias. Se entrega vacunada, desparasitada, con chip, cartilla sanitaria y contrato de adopción.
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