En una protectora sevillana llamada El Buen Amigo están viendo envejecer a dos perras que saben que serían compañeras perfectas en cualquier hogar. Ven cómo pasan los años sin que nadie se fije en ellas, pese a ser animales adorables, tranquilos y cariñosos, que se llevan bien con machos y hembras.
Charola tiene nueve años, ocho de los cuales ha vivido entre rejas, y Sira cumple en breve diez, también gran parte de ellos en la protectora. Tanto tiempo en el refugio les está pasando factura y en la última revisión el veterinario recomienda que encuentren pronto un hogar de acogida o adopción, porque el duro verano sevillano está a la vuelta de la esquina e iba a cobrarles factura.
No es una coincidencia que estas dos perras invisibles se parezcan tanto, los animales de color negro tienen mucho más difícil ser adoptados. Es algo incomprensible que han podido constatar en todas las protectoras y de lo que ya he hablado en el pasado en este blog. Eso unido a que no son precisamente de pequeño tamaño y tampoco son jóvenes, hace que su caso sea especialmente complicado, pero como me cuenta la voluntaria que me pasa su caso: “se hace muy duro verlas años tras años, por ello no queremos tirar la toalla”.
No, no vamos a dejar de intentar forzar su buena suerte.
Si alguien puede ser casa de acogida o puede adoptar a Sira o Charlota, que no lo dude. El agradecimiento, la devoción que se ve en los ojos de un animal que ha pasado tantos años en un refugio es algo que solo se entiende cuando se ve uno reflejado en ellos.
La difusión de su caso en redes sociales es bienvenida, nunca se sabe dónde se esconden las segundas oportunidades.
Contacto: protectoraelbuenamigo@gmail.com